sábado, 21 de noviembre de 2009

Bienvenidos a mi vida!!!

Este "paseíllo" lo di en enero de 1971...



Bueno, no sabía cómo daros la bienvenida y he decidido hacerlo aquí, me siento mejor porque quiero que todos al mismo tiempo sintáis lo que significa para mi encontrarme con vosotros, uno a uno seréis bienvenidos, habéis formado parte de mi vida y con el paso del tiempo me he dado cuenta que fue la más trascendente, la que marcó mi vida, y me atrevo a decir que la de todos nosotros, espero que me perdonéis el acento y espero también que aun cuando no recuerde los nombres completos de todos y cada uno de vosotros sepáis que de cada uno tengo recuerdos, tengo grabadas fotografías de momentos de nuestro despertar a la vida juntos, anécdotas y vivencias de nuestro paso por la querida "Justo Sierra", como yo, creo que guardáis las huellas de esa etapa en vuestro corazón y que como a mi os brotan imágenes repentinamente desde una parte que ha quedado adormecida por los años y la lucha constante por sobrevivir, me siento muy emocionada ante la idea de volver a veros y perdonadme que me atreva a decir que casi os olvidé y que en cierta parte de mi vida estaba tan preocupada de mi propia supervivencia, como todos, que me olvidé de que fui una niña despistada que estaba recién llegada a una ciudad que le parecía extraña, caliente y hasta asfixiante que se encontró de pronto ante un grupo de personitas que como yo estaba despertando a la vida y así pasaron 3 años en lo que día a día convivimos y crecimos y un día… nos despedimos… y pasó el tiempo... algunos tuvimos hijos y otros hasta nietos, pero esos días juntos a pesar de la lluvia y del calor, del “frio” u otros inconvenientes, estábamos ahí todos los días luchando para estar el lunes en la escolta, haciendo honores a la bandera y portarla, era casi casi… como sentirnos tocados por un ángel, no todos tuvimos la suerte, pero era una nueva oportunidad cada lunes… y los de la banda de guerra qué me decís? Era un orgullo para todos tocar las notas de…”se levanta en el mástil mi bandera…como un sol entre céfiros y trinos….” Estoy segura que todos recordáis la letra y era un suspiro profundo que nos llenaba de orgullo, tuvimos todos la gran fortuna de que nuestros padres y madres se preocuparan de enviarnos a recibir una educación que seguramente fue la piedra angular de nuestra formación como hombres y mujeres de bien, que seguramente hemos hecho un buen uso de las enseñanzas recibidas y que seguramente seguimos el ejemplo con nuestros hijos…
Me siento muy emocionada ante la idea de volver a vernos, seguro que hemos cambiado, es normal que físicamente llevemos las huellas de la vida que hemos decidido llevar, o la que nos ha tocado, como queráis verlo, esta mañana cuando me preparaba para daros la bienvenida, pensé en lo que significó para mi llegar a Minatitlán, mi llegada fue unos días antes de conoceros, salía de un internado de monjas en Orizaba, no conocía el mundo, tenía muchos temores y de ahí mi timidez, recuerdo perfectamente la terminal del ADO, cuando descendí del autobús, el primer recuerdo es olfativo, naturalmente nunca había estado en un sitio tan caliente y el aroma que hirió mi olfato… fue ese olor que desprende la ropa cuando se plancha, ese olor a… caliente y vaporoso, fue tremendo para mi, sentía que no podía respirar, estaba el aire tan caliente que pensaba que me quemaría la nariz si seguía tratando de respirar, creo que era la bienvenida cálida… tremendamente cálida que me daba esa ciudad, es como si me quisiera decir… esto es lo que te espera… así será tu despertar a la vida… cálido y vaporoso, húmedo… grabado con fuego en mi cerebro, y aun hoy en día cuando estoy cerca de la ropa recién planchada, y percibo ese olor… recuerdo mi llegada… mi encuentro con la primera etapa de mi despertar a la vida… si en ese momento hubiera tenido la capacidad para descifrar el mensaje… de lo que vendría después… en mi vida… Pero no… no fue así, yo solo sentí que las mucosas nasales se me incendiaban y no sabía que era una premonición… pero como saberlo con 12 añitos…
Se que puedo parecer cursi, pero no os preocupéis que eso ya ha quedado aclarado, soy cursi y estoy orgullosa de ello, así que podéis pensarlo porque es la pura verdad … jejeje….
Hace tiempo cuando tuve la idea de buscarlos, el primer nombre que vino a mi memoria, fue el de esa norteña rubia y preciosa que os ha contactado y pasó el tiempo hasta que por fin la encontré y así sucesivamente han venido llegando los nombres… fácilmente… suavemente, casi con pensar en vuestros rostros ligo inmediatamente el nombre y los apellidos (es curiosa la forma de funcionar de los recuerdos… a mi me da por los olores, recuerdo las tardes lluviosas cuando veíamos por la ventana los chaparrones cayendo y el sonido sobre las laminas de aquellos goterones, y el olor… a tierra mojada…) nunca imaginé que un día estuviera tan cerca el momento de volver a vernos y como han pasado más de 35 años, quiero haceros un pequeña semblanza de lo que ha sido mi caminar por estos últimos 35 años, bueno, si tengo 50, debo empezar por los 15, el 16 de enero de 1974 llegó esa edad añorada, que por cierto pasó sin pena ni gloria, tanto esperar y no fue como lo había soñado y yo no tuve la suerte de nuestra compañera Clotilde, que lo hizo con todos nosotros al ritmo de unos “Joao” también jovencitos, por circunstancias familiares no hubo una fiesta en condiciones, solo una pequeña celebración en casa de la familia del marido de mi madre y luego casi 2 años después con 17 recién cumplidos, a la Universidad, estudié Derecho en la Autónoma de Guadalajara, cinco años también entrañables de mi vida, con gente que aun tengo en la memoria y algunos aun están en mi vida, gracias a esta herramienta maravillosa, todos los veranos volvía a Mina a nuestro querido Mina, (de tegogolos que nunca probé, zancudos hambrientos, guayas, paquis y tamarindos,



cacahuates tostados en carretilla, jícamas y mangos gordos con chile, paletas percheronas, pichichis elegantes con sus picos rojos, guayabas y guayas deliciosas, chicozapotes, totopos y carne de chango, cecina enchilada y camotes cristalizados, tacos de cochinitas pibil y mariscos, “mogo mogo” con queso y platanitos fritos, gorditas y empanaditas de carne, picaditas con manteca, raspados de sabores, obleas con apuestas, merengues rellenos de coco, agua de coco fresco, y así miles y miles de palabras que significan cosas hermosas y deliciosas y que algunas jamás he vuelto a escuchar) con una familia maravillosa que si bien no era la mía, lo parecía, nos pasábamos muchos días en una sitio paradisíaco que está cerca de Catemaco, se llama “Monte Pío” ahí acampábamos y algunos de los amigos de la Universidad disfrutaron de esos días con nosotros, era algo que jamás he vuelto a vivir, pasar las noches hablando y contando chistes alrededor de una fogata, durmiendo todos en una casa de campaña gigante hecha con la lona de un camión de redilas y ramas de los árboles de la zona, era un sitio espectacular, virgen, donde dos ríos se unen formando un delta para desembocar en la laguna, con una riqueza en peces y mariscos que nos regalaba sus frutos todos los días, peces, almejas, camarones, caracoles, no teníamos más que meter las manos y sacar las almejas que luego se cocinaban y saboreábamos con una voracidad tremenda producida por las horas de permanecer en el agua, nadando y jugueteando… era maravilloso, que veranos más lejanos y añorados…
Terminé la carrera en 1981, volví para trabajar en el jurídico de la Azufrera Panamericana, tenía que ir en lancha hasta las instalaciones y en esos momentos pensaba que mi vida se desarrollaría en Mina, pero el destino quiso que fuera diferente, a los pocos meses me fui a la Ciudad de México y entré en un Despacho de Abogados, que estaba como dicen los viejitos “allá por las calles de Montevideo”, nació mi hija en diciembre de 1982 y poco tiempo después me informaron que en Pemex requerían Abogados y me presenté, hice un curso teórico de 3 meses que conllevaba un año de prácticas, de los cuales no alcancé a cumplir ni 3 meses, después de recorrer varios Centros de trabajo, incluyendo SPCO y Refinería en Minatitlán, se presentó una vacante y me contrataron como Agente de Trabajo en Ciudad del Carmen Campeche, fui por 3 meses y me quedé dos años, dicen algunos que porque bebí agua de coco... logré trasladarme a la Ciudad de México a la Gerencia Jurídica y ahí permanecí hasta 1999 que me casé y vivo ahora en Madrid, con mi hija y mi marido, que rápido se dice no?...(no os voy a aburrir con mi CV solo os cuento lo que considero más relevante) pues entre unas cosas y otras han pasado 35 hermosos otoños que ya suman 50 y los que ya han cumplido 50 sabrán que cuando el momento llega… cambia la perspectiva de la vida, parece que lo que antes no tenía importancia… ahora la tiene y lo que una vez fue importante ha pasado a segundo término, es una sensación del deber cumplido que da fuerza, que da valor para muchas cosas que antes no nos atrevimos a hacer, cuando cumplí 50, en Enero de este año (“annus horribilis” por otras circunstancias) decidí que no quería seguir haciendo NADA por compromiso, o por obligación, (estar informada, presentable, sensata, dispuesta, presente, lista, delgada, etc.) decidí que en adelante haría SOLO las cosas que me apetezca realmente hacer, jajaja claro que no es posible porque en realidad me apetece comprarme un barco y navegar por la costa francesa haciendo escala en donde haya casinos y jugar mucho dinero al póker, tener como oficio principal “contempladora de la naturaleza” y no tener otra preocupación que levantarme a tomar un café recién molido por las mañanas… sentarme frente a mi ordenador y escribir todo, lo que se me ocurre a diario, lo que he dejado pendiente de escribir, lo que he escrito y aun no me atrevo a publicar, todo lo que he vivido y que os he resumido en un solo párrafo, que me daría para escribir muchos libros, porque mi vida ha sido rica en vivencias y experiencias de todos los colores y sabores, como seguramente y sin temor a equivocarme ha sido la de vosotros, que no habría tiempo para leer tantos millones de páginas que seguramente se llenarían con vuestras vidas y la mía y como rezaba una canción muy popular en nuestra época que seguramente sonreiréis al escuchar “Hoy voy a cambiar revisar bien mis maletas..y sacar mis sentimientos y resentimientos todos…hacer limpieza al armario…borrar rencores de antaño y angustias… que hubo en mi mente… para no sufrir por cosas tan pequeñitas… dejar de ser niña para ser mujer” a que os suena esta letra… a mi me parecía de lo mas horrenda cuando la escuchaba a mis 16 años, pero ahora cuando ya soy mujer, la leo y parece que la escribí yo jajaja, en realidad no tengo el privilegio de hacer de verdad lo que quiero pero dentro de mis posibilidades creo que lo he logrado, puedo deciros con sinceridad que cuando veo a la mujer luchadora incansable, abanderada de todas las causas, algunas perdidas desde el origen, aguerrida luchadora y defensora de las mujeres, “depredadora” de gente corrupta y holgazana que no sé porque pero me los encontraba a cada 3 pasos que daba, siento agobio, quise abarcar mucho y no logré casi nada, porque a la gente que en un momento dado defendí, nunca me lo agradecieron al contrario con el tiempo se hicieron enemigos, a los que ataqué por sus corruptelas, siguieron siéndolo y no logré más que perjudicar mi salud y mi estabilidad económica y siguieron siéndolo… creo que lo único que me salió bien y que ningún tiempo y esfuerzo empleado fue demasiado… fue el educar y cuidar a mi hija,(aunque no me arriesgo a preguntarle a ella, pero los resultados saltan a la vista) así que como conclusión de éstas reflexiones os diré que si no han sentido lo que yo he sentido al cumplir los 50, aconsejo que hagáis como que no los han cumplido y al siguiente cumpleaños, empezar como la canción, empezar de cero, con las maletas vacías, porque creo que el camino que nos queda por recorrer es suficientemente por si solo bastante escarpado con luchas aun desconocidas y batallas más o menos importantes, (el tamaño de las batallas ya depende de nuestra genética y del cuidado que hayamos tenido don nuestros cuerpos y mentes) que debemos iniciarlo, creo yo, de una manera desahogada, sin agobios, sin pesos “extra” en nuestras espaldas, es como poner el contador a “000” y vuelta a empezar pero con el valioso cúmulo de sabiduría y experiencia que nos ha regalado la vida… estoy segura de que la segunda parte cronológica de nuestras vidas será aun más rica en vivencias que la primera, solo hay que estar preparados porque ahora las batallas las libraremos con nosotros mismos… y habrá que ganarlas para seguir vigentes… para seguir recodando… para seguir viviendo…
Me siento especialmente afortunada de haberles conocido y haber vivido juntos esa etapa maravillosa, me he dejado cosas para comentaros en persona porque si lo sabéis todo no tiene gracia, así cuando nos veamos… os aburriré con mis batallitas y escucharé muy atentamente cada una de vuestras historias que seguramente serán realmente interesantes y que de verdad ardo en deseos de escuchar, me siento afortunada de tenerles nuevamente en mi vida y por eso os digo… como me dijo Soraya cuando la encontré y la sorprendí con un mensajito que parecía de “Volver al Futuro” … “allá por los 70’s…tuve una compañera con tu nombre …” BIENVENIDOS A MI VIDA!!!

Tengo una lista desordenada de nombres y apellidos, algunos sin rostro y otra de algunos rostros sin nombre y no quiero que me falte ninguno asi que por eso no la pongo aqui pero seguro que cuando os vea los nombres tendran rostro y los rostros tendrán nombre... asi... repentinamente...

Asi éramos cuando os dejé de ver ...