Complejos y ... "la loca del móvil" o la "letrada de marras" o...
Esta anécdota la cuento, porque aun cuando pasé un mal rato y casi
muero de un infarto, no deja de ser eso... una anécdota, y la cuento por varias
razones.
Por una parte, porque no quiero dejar pasar la ofensa sin
ningún comentario en mi diario de vida que es este blog, y por otra, que tiene
que ver con algo que me persigue durante toda mi vida…
Todo empezó…
De pequeña, convivía con muchos primos, ya que no tengo
hermanos, y como es normal, entre esos primos, había algunos chivatos y otros que, aunque los torturaran no revelaban secretos, en fin yo era de las que siempre delataba a los culpables, decía quién había sido, por una razón muy importante, para que no me culparan a mí, porque yo era siempre la
primera sospechosa y candidata principal a llevarme castigos por cosas que no
había hecho y algunas que ni sabía como podían hacerse realmente o llevarse a cabo, creían que yo era más
inteligente de lo que en realidad era, porque me acusaban de cosas verdaderamente... maquiavélicas.
El espejo
Por ejemplo; en una temporada estival, allá por el año 1968,
mi prima, dos años menor, y yo,
estuvimos viviendo en casa de una hermana de mi padre, se nos asignó a cada una
un baño de la casa para estar separadas, sin desordenar ni habitación ni baño, lo que
cada una manchaba lo limpiaba y ponía en orden la habitación, era toda nuestra
tarea en aquella casa, mi tía que era
una obsesa del orden y la limpieza, nos la tenia sentenciada si aparecía una
sola mancha en los espejos de esos baños, impecables y maravillosos, se daba
cuenta que nos lavábamos las manos porque (en esa época no había gel de manos) el
jabón estaba mojado, y así podía tenernos controladas del aseo personal y del
uso de las instalaciones de su casa, un día apareció el espejo del baño que
usaba mi prima, salpicado de jabón, pero no tres gotas, estaba manchado a posta
como cuando tienes las manos mojadas y enjabonadas y con los dedos, lanzas pequeñas gotas en todo el espejo.
No sé cómo se las arreglaron para llegar a la conclusión, de
que yo había sido la culpable, a pesar de que el jabón de mi baño estaba húmedo
(señal de que yo me había lavado en mi baño las manos) igualmente, nunca me lo expliqué,
acepté el castigo y desde luego sospecho que mi prima dijo que había sido yo y…
¡le creyeron!, y a mi, jamás de me habría ocurrido...
En aquel momento habría agradecido, que además de toda la
logística de aquella casa, también hubieran tenido instalado un circuito cerrado
de TV, para ver quien había realizado semejante fechoría, por la que tuve que
pagar un castigo, que afortunadamente ya no recuerdo…
Sufrí tortas y "torturas", por parte de la misma tía, que me
mantuvo incomunicada en el gallinero hasta que confesara no que sé oscuro
secreto que quería escuchar de mis labios, ¡ah sí!... ya recuerdo era la
famosa…
Cucharita de plata
Me acusaron de robar una pequeña cucharita de plata, que
pertenecía al bebé de la familia, que en aquel momento que era la nieta de la
hermana de mi padre, la maldita cuchara apareció detrás de una estufa en el
mismo momento de mi tortura... (léase: encierro en el gallinero).
Polvo pica-pica
En un verano, caliente como todos en Veracruz, jugábamos de manera casi silvestre, en un sitio llamado Huixcolotla, y una de las diversiones consistía en arrancar las vainas de pica-pica sin sufrir daños, mi prima Elisa, que era un poco patosa y su falta de práctica hizo que terminara con el cuerpo lleno de picores, era tan blanca, que la piel se le puso al rojo vivo y
casi me infarto porque... alguien dijo que fui yo, yo no había sido… como seguramente habrán adivinado.
A esta serie de acusaciones la llamo yo mi “carrera delictiva”,
me acusaron tantas veces y de tantas cosas,
no niego que alguna vez fui culpable, como corregir un rayón de mis
zapatos de la escuela con el delineador alguien, delineador que deje nuevamente en su sitio nuevamente, no se como me descubrieron, me hace muchísima gracia recordarlo.
A los 12 años, mi madre me sacó del internado de monjas
donde había estado recluida (en el exilio total) y me llevó con su nueva
familia política, casi al momento de llegar a ese pueblo, lo primero que padecí por parte de un familiar ya mayor de edad, y que después de que me conoció, me trato
estupendamente, fue acusarme directamente de haberle quitado su frasco de
alcohol, más tarde se dio cuenta de que
yo tenía otro igual… mi carrera continuaba…
Josie “the kid”
En la secundaria fui acusada de infinidad de perrerías que
jamás realicé, pero que acrecentaron mi leyenda, y algunas veces me llevé el
castigo por no adivinar quién era el responsable para DELATARLO claro
está, yo no quería ser heroína, ¡quería que me dejaran en paz!
Más adelante, a los 17 años me acusaron de liarme con un
chico, (que ni es sus sueños se habría atrevido, era Testigo de Jehová y era incapaz
de intentar una cosa así) solo por el texto de una carta que interceptaron e
interpretaron todas la palabras que yo escribí… con la mentalidad de adultos
resabiados y malpensados y lo que era una inocente carta pasó a ser una carta
de “bajas pasiones” claro pasada a través del tamiz de un cerebro cochambroso
pues que más se podía pedir… era falso yo no estuve con ese chico… ahora que lo
leéis os enteráis… ¡NO ERA CIERTO JAMAS PASO NADA ENTRE ESE CHICO Y YO! Los que
conocen la historia saben a qué y a quienes me refiero.
Sears
Cuando vivía en México, me gustaba ir al centro a la tienda
de Sears, (Centro Histórico) sobre todo en temporada navideña, y en el año 1989
fui como todos los años a realizar mis compras navideñas, me había puesto unas
sandalias blancas preciosas de la marca Au Petit Jean, que me había comprado el
día anterior en la misma tienda, hice mis compras tranquilamente de lo que me
había quedado pendiente el día anterior y posteriormente fui a la caja, pagué y
salí a la calle, al poner un pie fuera
de la tienda, sentí que me sujetaban ambos brazos por detrás y en menos que lo
cuento estaba siendo interrogada por dos individuos que con su sola presencia
ya atemorizaban a cualquiera, no tanto por grandes, que lo eran, si no por lo
feos que eran ambos, me decían que no había pagado el calzado que llevaba
puesto, y yo que JAMÁS me deshago de una nota o factura, (hasta que las
contabilizo claro está) llevaba en el bolso la factura de las sandalias,
después de relatarles en hebreo su futuro y el de sus familias, exigir
disculpas de todos los involucrados, de que me las ofrecieran y de recibir un fabuloso vale para comprar lo que yo quisiera en la misma tienda, salí de la
tienda cabreada pero satisfecha, preguntándome que habría pasado si no hubiera
tenido encima la factura de ese calzado que me acusaban de robar… entonces era
una abogada espabilada y con carácter y seguramente habría solicitado los
vídeos del momento que entré en la tienda para ver el calzado que llevaba puesto, en
fin habría salida airosa igualmente pero gastando más tiempo y esfuerzo.
Y así sucesivamente, con lo cual desarrollé un sentido
extraño de la percepción de las cosas cotidianas, un complejo de culpa, una necesidad de tener pruebas de que yo no había
sido culpable de tal o cual cosa que podría llegar a pasar, esto era agotador
pero me daba armas para realizar todo tipo de maniobras… llegué a tener pruebas
de cosas inimaginables que se le ocurrían a otras personas y que sin llegar a
ser cómplice de delitos… casi lo fui.
“Antojos”
La acusación mas tremenda que se me hizo… fue aclarada, a
falta de pruebas de ADN, por una bendita “marca de familia”… uf menos mal!
Hacerme Abogada
Decidí estudiar derecho, era la única forma de salvarme de
ese estado de indefensión en que me había ido encerrando ya que cada vez más
cosas sucedían a mi alrededor sin que yo ni siquiera me diera cuenta, siempre
estaba en el lugar equivocado, por lo menos sabría cómo defenderme y cómo
actuar ante tanta injusticia…
Creo que la decisión de hacerme abogada me la pedía a gritos
mi subconsciente ¡APRENDE A DEFENDERTE
PORQUE TE HARÁ FALTA!
Astrología
Soy de Capricornio Perro, dicen los estudiosos de la doble
astrología, que los nacidos bajo este signo, somos personas honestas y dignas
de confianza, una persona fiable y que es incapaz de quedarse con lo que no sea suyo, no lo digo yo, lo dice Susan White en su libro “La Doble Astrología”, que
por cierto ha sido mi libro de cabecera durante años y me ha servido para
conocer a la gente, ahorrando tiempo, teléfono y litros de café.
Mi personalidad se tornó desconfiada y no era para menos.
Siempre pensaba en la mejor manera de contar las cosas o
sucesos, casi en el momento que estaban sucediendo, redactaba mi versión de los
hechos mentalmente, para que nadie fuera
capaz de culparme de algo que yo no había hecho, aun ahora después de tantos
años, siento que los que están leyendo en este momento lo que escribo, ¡no me
creen!
Los Niños
A los niños pequeños, JAMAS LOS ACUSEN DE ALGO QUE NO ESTÁN SEGUROS DE QUE HAYAN HECHO es horrible vivir con este trauma… casi quiero
cámaras que lo graben todo para que nadie me culpe de nada y sin embargo la
historia continúa, ya lo asumo como un karma porque no encuentro explicación…
Me he gastado dinero, tiempo y esfuerzo en conjurar este
demonio/complejo y casi está superado, ¡después de 50 años!... aunque cuando
veo un Guardia Civil me pongo tensa, mejor que ni me mire, me han creado un
complejo de delincuente que, cuando me ha llamado la policía para decirme que
tenía el coche mal aparcado, me llevé un susto enorme y pensé, ¿ahora que
me habré robado?
El Cheque
No quiero dejar fuera este capítulo de mi historia "delictiva", ya que ahora, pasado el tiempo, me hace gracia, pero pasé un mal
rato también.
En una ocasión, el director de una empresa, después de estar
contratada temporalmente por un período
de 6 meses, decidió hablar conmigo personalmente, felicitarme y ofrecerme muchos proyectos interesantes.
Al estar hablando en su despacho, después de un rato de
escuchar los planes que la empresa tenía para mí y los proyectos interesantes
que en un futuro se harían realidad en su empresa, procedió a entregarme un
“bono” recompensando mi productividad, en un momento dado, ya casi
cuando me estaba despidiendo, me preguntó, ¿te he entregado un cheque por la
cantidad de xxx?” y como no me lo había entregado, le dije que no, y mi corazón,
que ya palpitaba a mil por hora, porque pensaba
¡Seguro que si me
someten a una prueba poligráfica en este momento... me condenan!
Intenté actuar con naturalidad, y respondí que no me había
entregado nada, mi gesto se tornó serio, cosas rara ya que, si fuera apache me
llamarían “diente frio” porque siempre estoy con el diente pelado riéndome, no sé
de qué, porque hay ocasiones en que no debería sonreír y sin embargo lo hago.
El, muy apurado, intentó buscar en todos los sitios de su
escritorio, buscaba encima y debajo, en el suelo y debajo de las decenas de
folders y folios que tenia sobre la mesa y me miraba de reojillo como
preguntándose… ¿será capaz esta mujer de guardarse un cheque cuando le estoy
hablando de que tengo planes fabulosos para ella en la empresa?
Al cabo de un rato, que a mí me pareció una eternidad, y después
de que poco a poco me fuera despidiendo, deseándole que encontrara pronto su cheque
extraviado y sin lograr que dejara de buscar, aun decía “es imposible que se me
pierda si lo tenía en la mano” (juraba que me lo había entregado o que yo lo tenía
pero no podía acusarme directamente, pero lo veía en sus ojos… y yo deseaba
huir, por fin me levanté lentamente de la silla y le lancé, más que una despedida,
un… ¡¡ESCAPANDO QUE ES GERUNDIO!!.
De verdad salí de ahí casi huyendo y sintiéndome otra vez
vulnerada, acosada, culpable, de no sé qué, porque sobra decir que yo no tenía
el cheque, no negaré que se me saltaron algunas lagrimillas ya que en sus ojos
vi la desconfianza y si el dueño de una empresa que se supone debe confiar en
ti para hacerte toda clase de ofrecimientos como me había hecho, ese mismo, no
confiaba en mi, estaba perdida…
Una vez más me fui a casa con la sensación de estar siendo
vulnerada otra vez, una vez más, la número mil”… en fin lo aceptaba y estaba
segura que ninguno de esos planes maravillosos sería realidad.
Me arrepentía de haber ido a la oficina de estar a solas, de
no tener testigos etc. etc.
En mi trabajo como abogada en Pemex, siempre procuraba tener
testigos de todas y cada una de las conversaciones tanto con mis compañeros,
referidas a trabajo claro está, como con los directivos, no hacia reuniones de
dos personas otro y yo, ni loca, siempre tenía un testigo de lo que se hablaba
y si era necesario utilizar “una testigo”
de las que funcionan con pilas, pues se utilizaba, ahora ya no hace
falta van integradas en el móvil.
Decía que casi dos horas después, recibí una llamaba en mi
móvil, me informaban que… ¡¡¡habían
encontrado el cheque!!! Yo quería decir algún improperio, como por ejemplo, “a mí
que me cuentas”, o que se yo lo que se me ocurrió, pero callé mi boca y pensé
que en ese momento no había más remedio que decir “pues me alegro mucho gracias
por llamar”… la verdad es que me quedé chafada, ¿no sería mejor que no me
llamara y que al encontrarlo solo confirmara que sus sospechas eran
infundadas? (incluso en el momento de pasar esto, le dije que podía llamar al
banco y cancelarlo, ya que no me “soltaba", moralmente me tenia atrapada, cuando
buscaba una y otra vez delante de mí el famoso cheque)
Creo que se dio cuenta de que la llamada era innecesaria e
improcedente, yo sabía que no había sido yo y que jamás vi el famoso cheque, y
que antes muerta que quedarme con algo que no fuera mío, y etc. etc. etc. y ¡basta ya de justificaciones!
Trabajé algunos años en una clínica con una desgraciado
gringo malagradecido que puso cámaras para vigilarme, desconfiaba de mi por ser
mexicana, JAMAS pudo acusarme de nada porque simplemente yo no era lo que sus
prejuicios, idiosincrasia y sus genes le indicaban, y no cuento sus refranes y
chistes racistas y ofensivos, porque si los contara y dijera su nombre, mucha
gente dejaría de ir a su consulta.
Aquí llega la historia de...
La loca del móvil
Todo esta historia es para contar la ULTIMA, el pasado martes
30 de julio a última hora (las 13:55) salí corriendo de mi oficina a los
servicios, para regresar otra vez corriendo por mi bolso y salir volando a casa
por muchísimas razones que ahora no vienen a cuento, pero siempre lo hago y
entre otras cosas porque utilizo el transporte público para ir a donde dejo mi
coche, gracias a que toda la ciudad está prohibido aparcar, y los
estacionamientos cobran ojos de la cara por hacerlo, debo estar en el metro a
una hora determinada porque el bus tiene horario fijo y espaciado y si no llego
a esa hora al intercambiador, llego tarde mi casa, y mi prioridad es mi vida
privada, que tengo una y por cierto maravillosa. La que siempre quise tener.
Pues bien, salí corriendo del baño y sentí que tenía una
persona corriendo detrás de mí, pero nunca pensé que era conmigo la cosa, me
perseguía, y yo no me daba cuenta, pensé
que era otra loca que quería marcharse cuanto antes a casa, así que entré
velozmente a mi oficina cogí el bolso y salí nuevamente tan rápido que casi me
llevo por delante a mi perseguidora, que era una mujer bajita de pelo oscuro no
recuerdo mas (primero porque soy mala fisonomista y segundo, porque prefiero sacar
esa cara de mis recuerdos).
Su primera frase al dirigirse a mí, con mirada de loca perdida
fue “DAME EL MÓVIL” yo pensé que quería mi número de teléfono jajaja y seguí
andando rápido hasta el ascensor, llame el ascensor, me metí y se cerraron las
puertas… la loca del móvil volaba escaleras abajo gritando “DAME EL MÓVIL QUE
HAS COGIDO DEL BAÑO”, se quitó los zapatos por el camino, llegó abajo y dando
gritos exigía al portero que llamara a la policía que no me dejara salir, gritaba
que yo le había quitado el móvil del baño.
Al verla tan desquiciada tuve compasión (creo que fue por
eso) y me detuve a decirle, mira yo no tengo tu móvil, ella miraba alternativamente
a mi bolso y los bolsillos de mis pantalones … quería traspasar la tela con la
mirada, estaba fuera de sí completamente, me dirigí a ella y le dije que no tenía
su móvil, que no sabía de que me hablaba y que no eran maneras de preguntarme
si yo había visto su móvil en el baño… ella en su desquiciamiento se creía que había
dejado el móvil en el baño y que yo, al
verlo cuando entré, lo cogí y salí corriendo para huir Y ROBARLO … esa era su
película y yo era… ¡¡LA PROTA una… vez…
mas!!
La protagonista de “Deténgala por ladrona 17” era increíble
lo que estaba viviendo, increíble, si les digo que estuve a punto de morir
deberían creerlo, primero por el estado de shock en el que poco a poco fui
entrando, que me hizo huir, no sin antes permitir que el portero marcara el número
de teléfono de la “loca del móvil” para que se asegurara de que yo no lo tenía
y aun así siguió acusándome diciendo que, si no lo tenía encima, seguramente lo
había escondido en la oficina donde entré. Ahí, en esa oficina, había dos personas que sabían que
a esa hora salgo rápidamente al baño y luego
me largo huyendo como alma que lleva el diablo para mi casa, para así, perder el
menor tiempo posible en el transporte público.
Y segundo porque cruzaba las calles sin fijarme y no por la
esquina, sino a media calle, los coches pitando… yo corría… me impulsaba la
impotencia de verme acusada por enésima, en aquel momento no fui consciente de
que me cruzaba las calles y los coches pitando y frenando delante de mí para no
atropellarme…
“La loca del móvil”
como la llamaré de ahora en adelante, allá ella si quiere que de la cara y su
nombre aunque yo desde luego ya tengo su nombre completo y algunos datos irrelevantes que están disponibles en internet … no es que tenga muchas entradas
con su nombre, eso me indica que no ha hecho mucho en su vida y en su carrera
de “letrada” , aparezco mas veces yo, y eso que no litigo desde al año 1999, así que bueno, la
letrada de marras, porque resultó ser una abogada, la local del móvil como les
decía, me seguía acusando y yo, que me creía que ya había “demostrado” mi
inocencia… con la llamada del portero y que en mi bolso ni en mi cuerpo había
emitido ningún sonido o timbre que delatar la presencia del móvil de la loca
desquiciada… dentro de mi cuerpo o en ningún lugar en mi bolso… porque de
verdad era de locura, no sé que esperaba la tía asquerosa… en fin la señora
letrada o loca del móvil como prefiero llamarla, continuaba acusándome y yo,
tonta de mi, solo le pedía le que se disculpara porque había comprobado que yo
no tenía su móvil, que cuando ella dijo de llamar a la policía debí aferrarme a
que la llamara el porteo o llamarla yo, y DENUNCIARLA EN ESE MOMENTO, aunque perdiera mi tiempo, llegara tarde a casa
a comer; pero denunciarla en aquel preciso momentos o denunciarla al día
siguiente o denunciarla ayer u hoy mismo ir a la comisaría más cercana y
denunciarla … pues no lo hice, no lo haré, creo que porque el carácter irascible y la conducta trompicada y visceral, que demostraba tener la loca del móvil, no me era demasiado ajena.
La loca del móvil va a quedar impune de un delito de
CALUMNIAS, INJURIAS, ACOSO, y demás que resulten y para esos delitos en España
las penas van de 6 meses a un año, y además existe la reparación del daño, CON
LO CUAL ME HUBIERA PASADO UNAS BUENAS VACACIONES A COSTA DE LA LOCA DEL MÓVIL, por la
crisis de ansiedad, la mala noche que pase (con diarrea y vómitos) el
daño económico que causó a mi empresa porque al día siguiente, aunque me
presenté a trabajar NO PODÍA HACERLO, me temblaban las piernas los brazos y
estaba a punto de llorar todo el rato, hubieran sido por o menos de 5 a 10 mil
euros por reparación del daño personal y moral que me causó la loca del móvil, tomando
en cuenta que la loca del móvil es “letrada” a lo mejor solo mil euros, porque
sus colegas le harían el “paro” y yo me quedaría con un palmo de narices…
Pues no, no lo hice, porque “entre abogados te veas” YO LO
SE MUY BIEN, no lograría mucho porque si tiene que apoyar a alguien desde luego
NO SERÍA A MI y como para el conglomerado de abogados en España, los abogados
que estudiaron en esas “universidades de esos países de por ahí” no valen nada,
aun cuando tengo el título con la homologación aceptada, SUJETA A UNA PRUEBA DE CONJUNTO, NO ME LA
NEGARON PERO TAMPOCO ME LA DIERON, TENIA QUE ESTUDIAR LA CARRERA NUEVAMENTE,
eso no es una homologación, es un ATRACO…
Aquí estoy escribiendo esto, unos días después de que ya se
me ha pasado el susto y el cabreo, mientras la señora loca del móvil, está en
una costa española pasándolo divinamente con su congreso de vecinos de no sé qué
asociación a la que pertenece, aparte de loca del móvil… "suertuda" del móvil (a su hermano lo han investido presidente de la asociación esa, que no conozco).
Esa mujer pequeña y llena de ira que me acusaba, con la
seguridad de que NO SE EQUIVOCABA porque se le notaba en todo el careto que
estaba segura, según ella había pillado a la ladrona de su móvil, ahora está por ahí
muerta de risa y yo aquí en pleno verano escribiendo lo que me hizo, es así la
vida, pero seguramente que la letrada con el tiempo lo pagará, hasta ahora
siempre ha sido así, las cosas que aquí se hacen aquí se pagan… y casi siempre he tenido el placer de verlo o de saberlo.
Bueno no me quiero cabrear otra vez, no quiero desquiciarme
y dañar esta mañana de verano la primera que no amanece al rojo vivo, estamos
20 grados… ¡en agosto! Maravilloso.
Voy a andar con mi Sirita y por la tarde os cuento el desenlace,
por cierto mi perra se llama Sira, con “s”, siempre me lo preguntan y aquí
queda aclarado. No es un nombre humano femenino de Ciro, es Sira, nombre de
perro.
Laaarrrgo paseo después…
Seguro ya saben lo que sigue… que encontró su móvil y tuvo
la decencia de acudir a mi oficina y dejarme un mensaje… que lo sentía muchísimo
que está entrando en la menopausia y no puede con ello, que la falta de trabajo
la tiene loca, y que en definitiva había encontrado su teléfono en su escritorio
y como yo pasaba o mejor dicho corría por ahí pues… le pagué sus carencias
afectivas y todo el follón hormonal que se carga la santa “loca del móvil “